Formar personas para la excelencia, la competitividad y el liderazgo. Personas con desarrollo del pensamiento crítico y reflexivo.
Personas solidarios, con alto sentido de pertenencia, seres humanos íntegros y competentes, con la capacidad de proponer soluciones creativas a los problemas de su comunidad.
Personas con capacidad de reconocerse como seres sociales, con valores para la convivencia pacífica, con capacidad de autonomía para tomar decisiones y capaces de participar activamente en las diferentes actividades que contribuyan a su formación integral, donde los verdaderos valores humanos y cristianos sean el pilar de apoyo de todas las actividades a realizar.